Dicen que solo mirando el baño de un bar o restaurante ya puedes conocer qué tipo de local es. Por supuesto, me refiero a la limpieza del mismo, pero también a su diseño y a la calidad de los materiales. A veces, lo barato sale caro. Y ahorrar dinero en la construcción de los baños, puede ser un gran error.
Puedo poner un ejemplo elocuente. Un amigo llevaba bastante tiempo pensando en montar su propio local. Había tenido éxito como barman especializado en coctelería. Incluso recibió algunos premios. Cuando ahorró un poco de dinero se lanzó a la creación de un local propio. Tenía cierta fama en la ciudad, así que era una apuesta que podría funcionar. Y funcionó, pero tuvo que solventar algunos problemas con los que no contaba.
Aunque es un gran barman, no tiene mucha idea de decoración y diseño de interiores. Alquiló un local en el que estaba situado un bar de estilo tradicional. Por supuesto, había que cambiarlo todo. Pero él tuvo la ‘brillante’ idea de no reformar baño. Se trataba de pintarlo y arreglarlo pero dejarlo con el mismo estilo que tenía en el antiguo bar. Pensó que le daría un toque castizo a su bar ultramoderno.
Cuando nos lo contó, fruncimos el ceño. Podía tener sentido, pero el problema era que el resto del local iba a tener un diseño muy contemporáneo combinando piedra y madera. Y el baño iba en azulejos blancos de toda la vida. Tal vez a los clientes no les hiciese mucha gracia. Pero él estaba convencido. Además iba un poco justo de presupuesto y aprovechó para ahorrar en la reforma.
Cuando el local abrió sus puertas, fue un éxito. Su fama de coctelero en la ciudad le ayudó y en las primeras semanas se convirtió en una referencia en el barrio. Pero había un problema. Algunos clientes de confianza se acercaban al propietario y le decían: “se te olvidó reformar baño, ¿verdad?”.
El asunto tuvo gracia al principio, pero el barman empezó a darse cuenta que su idea había sido demasiado arriesgada. Y, por supuesto, terminó por adaptar los baños al estilo del resto del local.