Al igual que cambian las modas en el vestir también cambian los patrones estéticos sobre las personas. Se varían los peinados y hasta la manera de maquillarse. Las melenas cortadas en capas y con aspecto rebelde de los ochenta nos parecían toda una aberración hace diez años cuando se llevaba el pelo planchado totalmente pero ahora vuelven a estar de moda y en nada nos volveremos a adaptar a verlas.
En lo que se refiere al aspecto corporal de las personas también se producen cambios en la forma en la que entendemos lo que es bonito o está de moda. A lo largo de la historia estos cambios se han visto reflejados sobre todo en la pintura en la escultura, con los diferentes cánones de belleza. Pero si antes los gustos podían variar midiéndose en siglos, ahora que todo transcurre con tanta rapidez puede llegar a modificarse en pocas décadas.
En los años ochenta, noventa e incluso a principios de este siglo, cuando una mujer acudía para realizarse un aumento de pecho en Vigo lo habitual era que solicitara implantes de gran tamaño y con formas redondeadas. El tipo de implantes que se popularizaron en muchas mujeres famosas, voluptuosos y muy llamativos.
Hoy, las mujeres que solicitan implantes mamarios ya no piden, en su mayoría, una talla excesivamente exagerada y dan preferencia, además, a los implantes con formas mucho más naturales. Los resultados son muy buenos ya que en muchos casos es imposible detectar a simple vista qué pecho está operado y cuál es natural.
Los pechos con aspecto muy natural y con un tamaño ajustado al cuerpo de la mujer, son la tendencia en las clínicas estéticas y son muchas las que habiéndose operado hace años, acuden ahora a retirar sus antiguos implantes para colocarse las nuevas alternativas. Además, las intervenciones actuales son mucho menos agresivas con el pecho, dejan menos cicatrices y son más rápidas.
Estos implantes mucho más naturales han animado a un sector de mujeres, que jamás se habrían planteado operarse, a pasar por el quirófano. Hablamos, por ejemplo, de chicas que no quieren aumentar el pecho, sino darle una forma más bonita tras haber sufrido los cambios típicos de la maternidad o tras haber perdido mucho peso de una forma brusca, causando que sus pechos se caigan o pierdan excesiva grasa quedando mucha piel sobrante. A veces, un simple implante es suficiente para dar un buen aspecto a estos pechos, aunque también hay casos en los que hay que recurrir a las reconstrucciones.