Hay diferentes teorías sobre cuál puede ser el origen de los anillos de compromiso. Pero sabemos que ya en la prehistoria el hombre utilizaba anillos. Antes de conocer incluso los metales, los hacían con plantas trenzadas. Una vez que se comenzaron a utilizar los metales preciosos, los anillos fueron también un símbolo de estatus o poder. Algunos anillos estaban reservados para diferentes estamentos, sobre todo para estamentos religiosos y tenían significados muy diversos.
Se dice que ya en el antiguo Egipto se utilizaban anillos como regalos que se intercambiaban antes del matrimonio. Cuando los padres del novio iban a casa de la novia para sellar el compromiso, se llevaban a cabo acuerdos de carácter económico y el novio o su familia le daban a la novia un anillo como símbolo de confianza en el cumplimiento de estos pactos. Evidentemente, esto solo ocurría en las clases altas, pero, tal vez por imitación, las clases bajas también comenzaron a intercambiar anillos, estos de escaso valor material, incluso realizados con vegetales.
En el Imperio Romano los novios se regalaban anillos de hierro que simbolizaban al dios Saturno y expresaban la dureza y durabilidad de la pareja. Realmente, el novio regalaba dos anillos, el primero a los padres de su futura mujer, como símbolo del compromiso entre las familias. El segundo, a la novia. Ya en el siglo II antes de Cristo hay escritos y pruebas de que algunos de estos anillos eran de oro.
Los anillos de compromiso tal como los entendemos hoy en día nacen en el 1215 cuando el Papa Inocencio III establece que entre la pedida de matrimonio y la celebración del mismo debe de pasar un tiempo, un periodo de prueba por así decirlo. Y que para que todo el mundo sepa que la mujer ya no acepta peticiones, sino que está comprometida, se establece la costumbre del anillo de pedida de modo que con un simple vistazo cualquiera pueda percatarse de esto y no crear una situación incómoda.
Como se puede ver, a lo largo del tiempo las costumbres pueden haber variado, pero la importancia del anillo sigue ahí. Por tanto, si quieres pedir matrimonio a esa persona especial, no te vas a librar de buscar una joyería con los mejores anillos vigo para comprar algo que realmente esté a su altura y que sea un bonito sello para vuestro amor.