Ayudas para sufragar un centro de día si eres funcionario

¿Tienes que meter a algún familiar en un Centro dia centro Madrid? Hay una serie de ayudas que te permitirán hacerlo por mucho menos. Se trata de un tipo de prestación conocido como ayudas de Protección Sociosanitaria.

Son ayudas que están pensadas para sufragar estancias temporales en residencias asistidas. También están pensadas para aquellas personas que necesitan meter seres queridos en centros de día y de noche. Estas ayudas buscan contribuir a la financiación de los gastos originados por dichas estancias.

Por lo que respecta a la cuantía mensual máxima que se puede obtener decir que iráa en función de la capacidad económica de la persona que lo solicite. Estas ayudas, en cualquier caso, oscilan entre 858,98 y 601,29 euros al mes. Por ejemplo en este 2017 estas ayudas tienen un límite de tres meses en el año 2017.

Las ayudas se configuran en concepto de reintegro de gastos. Se otorgan en función de la duración de la estancia en los centros específicos. Para ello dicha estancia se debe acreditar. La cuantía de estas ayudas tendrá como límite el gasto realizado, si el mismo ha sido inferior.

De este modo pueden pedir estas ayudas aquellos mutualistas o, en su caso, los funcionarios que padezcan una pérdida transitoria de autonomía por este motivo. Se debe poder acreditar. Y deben demostrar que no pueden ser atendidos en su domicilio durante todo o parte del día.

Para presentar una solicitud habrá que registrarla en los Servicios Provinciales u Oficinas Delegadas de Hacienda o en cualquiera de los registros previstos en el artículo 16.4 de la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas.

Otra opción es hacerlo a través del Registro Electrónico Común (REC) de la Administración General del Estado. Para ello debes tener a mano el DNI electrónico.

Así de fácil será solicitar esta ayuda para conllevar de un modo más ligero los gastos derivados de este tipo de centros. A través de la administración pública en caso de duda te asesorarán e informarán.

Compaginar vida laboral y cuidado de los padres

Muchas familias se encuentran en un momento de sus vidas ante el problema de tener que compaginar una vida laboral y el cuidado de los padres. En muchos casos es algo que llega justo cuando ya se había superado el periodo de cuidar a los hijos y se pensaba que ya había pasado lo peor, por lo que cae como un jarro de agua fría para la pareja que tiene que tomar decisiones bastante importantes.

Las opciones que tienen son varias, pero dependerán de muchos factores:

-Reducir jornada. La reducción de jornada no siempre es posible. Algunas empresas la permiten sin problema pero en otras hay problemas y puede acarrear un despido, aunque el motivo argumentado será sin duda otro.

Además, en algunos casos, el dinero que cuesta pagarle a alguien que cuide al mayor mientras se está en el trabajo equivale a lo que se va a ganar, por lo que no compensa demasiado si la persona mayor no tiene una pensión que le permita correr con sus gastos.

-Dejar de trabajar uno de los miembros. Es algo que no siempre es posible, el dinero que entra en casa suele ser muy justo y no se puede renunciar al sueldo, a no ser que la pensión del mayor pueda ayudar. Pero incluso así, la persona que se dedica al cuidado de un anciano enfermo puede llegar a sentir una gran depresión y a sentirse permanentemente atada.

-Las residencias. En ellas se ocupan de que el anciano esté muy bien atendido. Pero para sus hijos el problema es el cargo de conciencia que supone dejar a su familiar en uno de estos lugares. No se sienten bien haciéndolo incluso cuando el padre o la madre ya no reconocen a los hijos y no son conscientes de donde están.

-Los Centros de día en Madrid. Suponen una opción intermedia. El mayor estará cuidado durante el día y podrá disfrutar de terapias y cuidados que le vendrán muy bien y que no se le pueden proporcionar en casa. La familia podrá dedicar el día a sus actividades habituales y, a la noche, el anciano vuelve a casa por lo que siempre está con los suyos.

El único pero que tienen estos centros es, en ocasiones, su alto coste que puede ser complicado de afrontar si no hay subvenciones o si el anciano no tiene ingresos.