Atractiva, funcional y repelente de moscas e insectos, la cortina de hilos se ha convertido en uno de los accesorios más buscados en decoración. A diferencia de otras cortinas formadas por tela o lamas de plástico, esta se compone de múltiples hilos que penden de una tira superior.
La versatilidad es una de las cualidades más destacadas de la cortina de hilos, compatible con puertas, ventanas, arcos, doseles de camas, de cunas, etcétera, aportándoles un toque distintivo. Su instalación no precisa de obras y puede implementarse en cuestión de minutos, dependiendo del modelo elegido.
También denominadas cortinas de flecos o de tiras, este accesorio ofrece beneficios inestimables para viviendas y entornos comerciales. En primer lugar, actúan como una barrera visible que, sin embargo, no opacan la luz natural ni interrumpen el paso de ondas sonoras. Estas cualidades permiten crear ambientes únicos, aprovechando al máximo la luz solar y reduciendo la dependencia del suministro eléctrico. En este sentido, las cortinas de hilos no conocen rival, pues incluso una puerta acristalada amortigua el sonido y un biombo taparía demasiado la luz ambiental.
Desde un punto de vista decorativo, las cortinas de hilos cumplen un rol estructural que gusta (y mucho) a los expertos en interiorismo, pues permiten separar espacios sin cerrarlos. Las habitaciones separadas por puertas son una opción válida para casas y residencias, pero ciertos establecimientos comerciales necesitan que sus estancias permanezcan separadas, pero bien comunicadas. Las ventajas son diversas: ir de una habitación a otra sin lidiar con puertas, permitir que el sonido se disperse mejor, maximizar la iluminación, etcétera.
Pero, además, las cortinas de hilos son un ‘escudo’ contra los mosquitos y otros insectos. Su funcionamiento en este caso es similar a las cortinas de cuentas, cuyos hilos frenan el avance de molestas plagas, mejorando así el bienestar en interiores.