Si estás animado a comenzar a usar tu máquina de coser y ya controlas lo básico de la misma, es el momento de comenzar a realizar los primeros trabajos para el hogar. Es un paso importante y que te va a producir una gran satisfacción porque por fin podrás ver que tu esfuerzo tiene recompensa y que puedes lucir en tu hogar aquello que haces.
Uno de los trabajos más sencillos es realizar un mantel para tu mesa de diario. Necesitas para ello un trozo de una tela que te guste y que sea adecuada para mantel, por ejemplo, una mezcla de algodón con poliéster, sufrido y con un bonito diseño. Corta la medida del mantel y también de las servilletas y, con la ayuda de una tiza para tela, traza los bordes. Dobla la tela sobrante para el dobladillo y sujétala con unos alfileres.
El proceso de hilvanado puede hacerse a mano o a máquina. Esto es al gusto de cada persona, pero para los principiantes suele resultar más sencillo hacerlo a mano hasta que cogen la técnica y no se les escapa la tela. Una vez hilvanado, solo hay que coserlo en la máquina poniendo especial cuidado en los remates de las esquinas.
Las servilletas se hacen igual que el mantel, pero son más sencillas al ser mucho más pequeñas. Con la tela sobrante y cinta elástica puedes crear unas cintas para sujetar las servilletas y hacerlas más atractivas en la mesa. Si compras la cinta en una mercería que disponga de un buen distribuidor de Cinta elástica la encontrarás en muchos colores. Escoge uno similar a la tela y así, aunque se transparente, no se notará prácticamente nada.
Otro trabajo muy sencillo es una funda para cojín. Solo necesitas cortar dos trozos de tela del tamaño buscado, sea cuadrada o rectangular. Ten en cuenta que cuanto más grueso sea el relleno más va a ocupar, así que, si quieres que el tamaño del cojín sea uno en concreto, tendrás que hacer la funda ligeramente más grande en función del grosor.
En uno de los lados de la tela crea un dobladillo ancho, hilvánalo y cose con un bonito remate. En una de las telas crea dos ojales sobre el dobladillo de un tamaño más o menos grande. Por el revés, hilvana ambas piezas de tela uniéndolas por tres de los extremos, los que no tienen dobladillo, y cose. Dale la vuelta a la tela y tendrás tu funda. Solo te quedará coser dos botones a la altura de los ojales, meter el relleno y cerrar los botones para tener tu cojín listo.