¿Cómo puedo reservar un ferry a las Cíes?

¿Estás pensando en pasar un fascinante día en un lugar de gran belleza y con hermosas playas? Las Cíes es el destino que estás buscando. Pero es una isla a la cual solo puedes ir en barco, así que tendrás que seguir un par de pasos previos para poder hacer realidad tu plan. Las Cíes son, además, un espacio protegido. Eso quiere decir que hay restricciones para poder visitarlo. En este caso, la Xunta ha optado por limitar el número de visitantes diarios a las islas para protegerlas de aglomeraciones. Esto lleva ya muchos años en marcha ya que en los años ochenta las Cíes comenzaron a ponerse de moda y el exceso de visitantes, así como las malas prácticas acabaron por crear problemas que decidieron atajar antes de que fueran irreversibles.

Por tanto, el primer paso es obtener el permiso que te permita acudir a la isla. Sin el permiso no es posible reservar ferry islas cíes. Entra en la Web que la Xunta tiene para este fin y elige el día que quieres ir a realizar la visita entre los que figuran con plazas disponibles. Una vez que has elegido el día y lo has marcado, reservar es muy sencillo porque solo tienes que dar unos datos personales básicos y tendrás la confirmación del permiso. Es una simple gestión, pero solo 2.200 personas al día pueden acceder a él, por lo que si tienes una fecha concreta en mente, es mejor que realices el papeleo y la compra de los billetes con toda la antelación posible.

Con tu reserva en la mano, ya puedes hacer la compra de los billetes de barco que te garantizan que ese día podrás acudir a la isla a disfrutar de la experiencia de las Cíes. Los ferrys salen de puntos muy diferentes, por lo que podrás elegir el punto de partida. No olvides que, aunque tengas tus billetes, eso no quiere decir que el barco tenga que aguardar por ti, así que el día en cuestión tendrás que estar unos minutos antes de la hora señalada para embarcar y que pueda partir a la hora prevista. Si no estás allí, perderás el barco y no podrás disfrutar de tu viaje a Cíes.

Ahora ya sabes cómo hacer para disfrutar de la experiencia Cíes, no tardes en llevarla a cabo porque no te vas a arrepentir de este viaje.

Cíes, una experiencia de principio a fin

¿Quieres disfrutar al máximo de tu experiencia en las Cíes? Te damos las claves para exprimir tu estancia y sacar todo el partido, llevándote todo lo que estas islas pueden darte para que no te pierdas nada de lo mejor que puedes hacer allí.

Si quieres disfrutar a tope de la isla te recomendamos que reserves en el camping y te quedes al menos una noche. Si no es así, se te hará poco ya que entre el horario del barco de cies a la ida y la vuelta son pocas las horas que estarás en la isla y mucho lo que puedes hacer allí. Una vez que llegues por la mañana, te recomendamos que hagas una de las rutas de senderismo que están disponibles en la isla, pero elige una corta si hace mucho calor. Lo justo para disfrutar de un paseo para abrir el apetito. Puedes comer algo en el restaurante que hay en la isla que tiene opción a la carta y también opción de autoservicio. Disfruta de una bebida fresca mientras el sol baja un poco para evitar las horas de más calor. También puedes aprovechar para colocar tus cosas en la tienda y acomodarte.

Por la tarde, la playa es la mejor de las opciones. Verás que es una playa de postal y te encantará disfrutar del sol y del agua fresca del mar. Relájate y disfruta del roce de la arena, del sonido del agua y del calor del sol en tu piel bien protegida. Cuando la tarde ya esté avanzada y no haga tanto calor, puedes disfrutar de la experiencia de una ruta de senderismo más larga. Al no tener hora para el autobús de vuelta, puedes aprovechar cuando hace algo más de fresco y caminar ya que el sol se pone tarde en verano. Detente a ver las aves, a observar la flora local y a fotografiar los paisajes. No se trata de caminar mucho, sino de disfrutar los tramos que escojas.

Te recomendamos que compres un bocadillo en la bocatería de la isla y una botella de agua fría para acompañarte en el paseo. Así podrás detenerte a merendar cuando te apetezca y regresar cuando comience a oscurecer. Puedes cenar en la cafetería, picando algo o puedes llevarte a la isla algo de fruta para una cena ligera, en función de lo que tengas por costumbre pero piensa que la playa y las caminatas te van a dar hambre. Antes de dormir, disfruta de las estrellas sin contaminación lumínica y sabiendo que todavía tienes un día más por delante para disfrutar.

Descubriendo las Islas Cíes Este Verano

El sol radiante del verano y la promesa de aventuras marítimas nos llevaron a emprender un viaje inolvidable a la isla de cies. Ubicadas en la costa atlántica de Galicia, estas islas, formadas por Monteagudo, O Faro y San Martiño, se revelaron como un auténtico paraíso natural. Este verano, nos embarcamos en la emocionante travesía hacia estas gemas del Atlántico, ansiosos por descubrir su belleza inexplorada.

Desde el momento en que el ferry zarpó del puerto de Vigo, la anticipación en el aire era palpable. La brisa marina acariciaba nuestras mejillas mientras el barco avanzaba hacia las Islas Cíes, y la silueta de las islas se perfilaba en el horizonte como un sueño que se hacía realidad. El verde exuberante de la vegetación contrastaba con el azul profundo del océano, creando una vista espectacular que invitaba a la contemplación.

Al desembarcar en la isla de Monteagudo, fuimos recibidos por una playa de arena fina y aguas cristalinas. El sol reflejaba destellos dorados en la superficie del mar, invitándonos a sumergirnos en sus aguas refrescantes. La playa de Rodas, considerada una de las mejores playas del mundo, extendía su arena blanca en una curva suave, bordeada por dunas y vegetación autóctona. Nos sumergimos en el océano Atlántico, y la sensación del agua fresca y salada nos envolvía, creando recuerdos que perdurarían en nuestras mentes mucho después de haber regresado a tierra firme.

La exploración de las Islas Cíes nos llevó a senderos que serpentean a través de bosques de pinos y eucaliptos, revelando vistas panorámicas que roban el aliento. Desde lo alto de Monteagudo, contemplamos el vasto horizonte marino y las otras islas dispersas en el archipiélago. El Faro de Cíes, testigo silencioso de incontables historias marítimas, se alzaba majestuosamente en la punta de la isla, guiándonos con su luz simbólica.

La biodiversidad única de las Islas Cíes nos sorprendió con cada paso. Aves marinas sobrevolaban los acantilados, creando un espectáculo natural de gracia y libertad. La reserva natural de las islas es hogar de una variada fauna y flora, incluyendo especies en peligro de extinción, recordándonos la importancia de preservar estos ecosistemas frágiles.

Las noches en las Islas Cíes eran mágicas. El cielo se iluminaba con estrellas brillantes, y el sonido suave de las olas rompiendo en la orilla creaba una sinfonía relajante. Nos rendimos a la tranquilidad de la isla, lejos del bullicio de la vida cotidiana, sumidos en una paz que solo un lugar tan remoto y hermoso puede ofrecer.

Al final de nuestra escapada a las Islas Cíes, regresamos a tierra firme con el corazón lleno de gratitud por la oportunidad de haber experimentado un rincón del paraíso en la tierra. Las imágenes de playas vírgenes, senderos serpenteantes y vistas panorámicas quedaron grabadas en nuestra memoria, recordándonos la belleza que se encuentra en la naturaleza preservada.

Este verano, las Islas Cíes no solo fueron un destino; se convirtieron en un capítulo inolvidable en nuestro libro de viajes. Una invitación a desconectar, explorar y apreciar la maravilla que el mundo natural tiene para ofrecer. En cada ola que besaba la costa y en cada susurro del viento, encontramos la esencia de un paraíso en el Atlántico que siempre llevaríamos con nosotros, incluso cuando las huellas de nuestros pies se desvanecieran en la arena.

UN SITIO FANTÁSTICO PARA DESCONECTAR

Un día que no vaya a hacer nada a ver si me da la veleta y voy a comprar unos billetes islas cies para pasar una jornada romántica con mi novia que hace ya bastante tiempo que no le doy una sorpresa de este tipo. Cuando éramos jóvenes solíamos ir a las islas Cíes bastante a menudo con una pandilla de amigos que teníamos cuando estudiábamos en el instituto. Siempre me ha encantado ir a las islas Cíes, ya sea para pasar un día solo o para ir a acampar al camping que hay y al que fui unas cuantas veces. Las islas cíes son un sitio para desconectar del mundo en general, ya que una vez que llegas allí te parece que estás entrando en otra época y el tiempo parece que pasa más despacio. Las playas de las islas cíes son espectaculares dado que una vez que el barco se está acercando a las islas el agua azul turquesa te da ganas de tirarte al agua, algo que si no sabes cuán fría está el agua por esa zona te lo pensarías dos veces antes de tirarte del barco. El agua en las islas Cíes está realmente fría y es casi el único inconveniente que tienen las islas cíes. Mucha gente cree que son las gaviotas el mayor inconveniente de las islas cíes pero si tienes la comida bien guardada y eres cuidadoso a la hora de comerla no deberías de tener ningún problema. El problema viene cuando los turistas descuidados dejan la comida a la vista, y las gaviotas que son muy listas han aprendido a  no tener que buscar comida si no a robarla a los turistas descuidados. Pero esa clase de cosas se aprenden con los años y la experiencia de haber ido más veces a las islas cíes. Este año he leído que turistas que iban a  las islas cíes llamaban bandas organizadas a las gaviotas por toda la comida que les habían robado. Después de mucho tiempo yendo a las islas Cíes he aprendido que el mejor sitio para comer sin que te molesten las gaviotas es debajo de los árboles.

Deshojando la margarita del verano 

Suele ser durante mayo y principios de junio cuando la mayoría organizamos el verano, cuándo vamos a ir de vacaciones y a dónde. Antes era de otra manera, todo el mundo se iba de vacaciones en agosto, cuando el país se echaba una especie de siesta de un mes, y casi todos íbamos a los mismos sitios. Eran otros tiempos. Pero ahora las vacaciones son más cortas y variables, y ya no todos vamos a los mismos sitios. Incluso hay quien se va lo más lejos que puede de España.

En nuestro caso, sobre todo si vamos con los niños, no estamos todavía para ir de vacaciones 15 días a Vietnam. Nos conformamos con algo un poco más humilde. Pero hay tanta oferta en España que cada año se nos hace difícil elegir. Pero es verdad que nosotros, como muchos, siempre solíamos mirar hacia Andalucía o el Levante, allí donde están esas playas tan bonitas y una cierta ‘garantía’ de sol en casi todo el verano. 

Entonces se nos ocurrió cambiar un poco este verano y apostar por algo nuevo. Y así empezamos a mirar camping islas cies tarifas, una experiencia que iba a ser muy diferente a lo que hemos hecho hasta ahora. Sí que probamos alguna vez de camping, pero fueron experiencias más cortas y con un solo niño. Ahora vamos cuatro y pensamos pasar más tiempo seguido en el camping. Y no en cualquier camping, nada menos que en las islas Cíes.

Yo aún no las conozco, pero mi mujer me ha hablado maravillas de ellas porque fue en su día en un viaje con las amigas, una despedida de soltera en plena naturaleza. Ya podían ser todas así, ¿no? El caso es que nosotros ahora vamos con otro perfil, pero esperamos disfrutar de lo lindo. Una vez confirmado el camping islas cíes tarifas ya nos estamos preparando para la experiencia. Mami nos ha dicho que lo del agua fría del mar es un poco mito, aunque yo creo que lo ha dicho para dejarnos tranquilos. Y es que estamos acostumbrados al calor del Mediterráneo, y eso sí que nos da un poco de cosa. Pero hay que echarle valor, porque yo sin baño no me quedo…

Viajar para crecer 

Desde que nació nuestra hija todo ha sido diferente, también los viajes. Viajar ha sido la gran pasión que me ha unido con mi pareja, porque en otros muchos ámbitos somos bastante diferentes. Creo que enriquece mucho estar con una persona diferente a ti mismo… pero sin pasarse, que al menos se tengan algunos puntos en común, que en nuestro caso es principalmente nuestra afición por viajar.

Así es que cuando nació nuestra hija se nos planteó un reto nuevo: como seguir viajando con una niña pequeña. No obstante, a pesar de nuestra afición, nos costó bastante empezar a hacer viajes ‘serios’ con la niña. No acabábamos de integrar el ritmo que nosotros solemos dar a los viajes con la atención que merece una niña pequeña. Por eso, nos quedamos con viajes un poco menos ambiciosos.

¡Y lo que lo estamos disfrutando! Lo último ha sido comprar billetes cies para visitar las islas en unas semanas. Este nuevo estilo de viaje que algunos llaman ‘slow travel’ no es una nueva invención. En realidad, antes de que los medios de transporte y la era digital lo acelerase todo no había otra manera de viajar más que lenta. Y aunque al principio nos costó bajar revoluciones por nuestro estilo anterior, nosotros también hemos ralentizado nuestros viajes

Y así es como estamos planteando nuestros viajes últimamente, como una forma de viajar para crecer, para que la niña crezca, vea mundo y se vaya curtiendo y también para que nosotros crezcamos y dejemos algunas costumbres un tanto negativas atrás. 

Después de comprar billetes cíes estamos pensando en el viaje: se presenta como una extraordinaria oportunidad para seguir por este camino. Estaremos en un camping, nada de hoteles (porque no los hay, por otro lado) y creemos que vamos a estar muy bien. Ya probamos en el pasado con el camping y nos gustó mucho la experiencia, aunque hay que ponerle ganas. Pero lo más importante cuando viajas con un niño pequeño, en nuestra opinión, es no tener prisa, porque los niños no tienen ninguna prisa… solo por llegar al destino, ahí sí: “papá, hemos llegado ya”.

Esperadas vacaciones 

Este verano queremos una isla y aunque nos gustaría que fuera lo más lejos posible tal vez debamos ser un poco menos ambiciosos y quedarnos con algo más cercano. Por alguna razón, el ser humano tiende a mirar siempre a mirar un poco más lejos, supongo que será ese deseo de descubrir algo desconocido, algo diferente a lo que ya conoce y tiene más cerca. 

Pero en esta época también hemos aprendido a poner en valor lo que tenemos aquí al lado y este verano seguiremos apostando por el turismo de proximidad al igual que hicimos el año pasado cuando debido al virus apenas pudimos movernos aquí al lado.

Porque a nosotros nos encantan las playas y las islas, y España puede presumir de ambas cosas. De hecho, según tengo entendido, España es, año a año, el país de Europa con más Banderas Azules, un icono que acredita que la playa en cuestión ofrece el mejor nivel en servicios, cuidado de las instalaciones, calidad de agua y del propio arenal. Y cuando se hace una lista de la mejor playa del mundo siempre se cuela alguna de España.

Sea en el norte o en el sur, en el este o en el oeste, en toda la costa española podemos encontrar playas de leyenda. La Costa Brava presume de calas míticas, en la Comunidad Valenciana tenemos algunas de las más famosas de España. En Murcia está la Manga y Andalucía es una tierra de récords si hablamos de playas. Y al norte tal vez el agua esté más fría, pero el País Vasco, Cantabria, Asturias o Galicia cuentan con verdaderas maravillas.

Y si hablamos de islas, alguna de ellas pelea también por tener la mejor playa del mundo. Baleares y Canarias son populares a nivel mundial. Pero también tenemos algunas joyas menos conocidas que custodian enclaves asombrosos como el caso de las Cíes. Así que con esta pequeña guía de viaje playero que nos acabamos de sacar de la manga cómo vamos a pensar en irnos lejos a buscar una playa cuando tenemos tantas aquí mismo.

¿Te gusta la fotografía? Haz una ruta por Cangas

Para los amantes de la fotografía que vivan en la zona de Vigo, una de las mejores rutas para fotografía está justo al lado de casa, en la zona de Cangas. Y para poder disfrutar mucho más de la misma se recomienda usar el barco cangas vigo nabia para los desplazamientos.

Tomando el primer barco desde Vigo en dirección a Cangas, se podrán comenzar a disparar las primeras fotos en el mar, aprovechando la luz de la mañana y sus bonitos colores y contrastes. Se recomienda visualizar bien qué es lo que se fotografía y los ángulos aproximados. Luego veremos por qué.

Una vez en Cangas, podemos comenzar con algunas fotografías de su zona de puerto y algunos lugares del pueblo. Si hemos escogido un día tranquilo, temprano por la mañana encontraremos rincones muy bonitos y con muy poco tránsito de gente.

Nos embarcaremos luego en una ruta de senderismo previamente escogida entre las varias que se pueden elegir por la zona. Podemos escoger una ruta que nos lleve por el interior de O Morrazo para acabar en alguna de las bonitas playas de la zona, de esta manera podremos obtener fotografías muy diferentes y espectaculares.

Este tipo de ruta es ideal tanto para hacer con otros amantes de la fotografía como para realizar en soledad, disfrutando de un día de relax que puede servir no solo para disfrutar de los paisajes, de los detalles y de la fotografía, sino también para estar a gusto con uno mismo y alejado de los bullicios que normalmente nos rodean.

Lo ideal es llevar comida para poder disfrutar de un día completo de fotografía, sobre todo si se lleva a cabo en invierno, cuando los días son más cortos ya que el objetivo es estar de vuelta antes de que comience a ponerse el sol.

El objetivo es coger el barco de vuelta a Vigo justo cuando el sol comienza a ponerse, para poder disfrutar de otra sesión de fotos a bordo. Este es el motivo por el que se deben de memorizar los lugares fotografiados, aunque siempre se pueden repasar las imágenes.

De esta manera, se pueden realizar fotografías similares a las del amanecer, pero esta vez con la luz de la tarde, para apreciar las diferencias y matices en los colores del agua, del cielo y, en general, en la luz de todo el ambiente.