¿Cuál es la mejor forma contratar la salud dental?

La salud de la boca es fundamental. Una infección en una muela puede acarrear consecuencias muy graves, desde perder una pieza hasta daños en la salud. Tanto es así que hay estudios que están comenzando a relacionar ciertas enfermedades de carácter neurológico con las infecciones en la boca. Mantener la salud de nuestra boca es invertir en calidad de vida pero, hoy por hoy, la mayoría de las cosas que necesitamos de un dentista no están cubiertas por la Seguridad Social.

Nos quedan, por tanto, otras opciones para poder costear las visitas a las clínicas dentales. La primera y la más evidente, es pagar cada vez que acudimos a realizar algún tipo de consulta. Lo normal es tener que acudir, como mínimo, dos veces al año para las limpiezas dentales y las revisiones. Pero podemos tener que ir con más frecuencia si sufrimos de una caries, se daña un empaste o tenemos un problema de encías. Niños y personas en edad madura son las que más visitas realizan al año a su dentista.

Un problema en la boca puede acarrear muchas visitas al dentista y un desequilibrio serio en la economía familiar, por lo que muchas personas prefieren optar por un seguro dental. Estos seguros pueden cubrir al cien por cien algunas de las prestaciones de las clínicas dentales y aplicar un copago o un descuento en otras o aplicar siempre un copago mayor a cambio de cuotas más bajas.

Por ejemplo, encontramos en adeslas dental precios con seguro para un implante dental que parten de 1.434€, mientras que para los no asegurados el precio del tratamiento es de 2.014,30€. El ahorro es más que significativo y es solo un ejemplo de lo mucho que sale a cuenta el contratar un seguro de este tipo. Importantes son también los ahorros en tratamientos de corrección de la dentadura con correctores dentales invisibles y de última generación.

Las limpiezas de la boca, las revisiones, así como muchos tratamientos salen totalmente gratis y se dispone siempre de una lista de precios para poder saber de antemano cuánto nos va a costar lo que necesitamos hacer. De esta manera, tener una boca sana, cuidada y con todo lo que necesitamos no tiene por qué suponer un desembolso de dinero que dañe la economía familiar, ni siquiera cuando el problema llega de una forma inesperada.