Mi embarazo

Mi marido siempre ha dicho que el embarazo fue una de las épocas más felices de su vida. Habíamos escuchado de todo tanto de amigos como de familiares con más “experiencia”, pero lo nuestro fue muy bien, salvo algunos pequeños problemillas… Me considero una persona con bastante sentido común y con mucha paciencia. La mayoría de la gente que me conoce resalta esa virtud: “no entendemos como eres capaz de mantener la calma en las situaciones más tensas”. Es mi forma de ser, siempre he sido así.

Y con el embarazo, a pesar de todo lo que supone, tampoco perdí la calma… la mayoría del tiempo. Debo decir que me quedé embarazada con 39 años… e iba ser mi primer hijo. Sería muy largo de explicar las razones por las cuales no me quedé embarazada antes, pero podría resumirlo de forma muy sencilla: hasta ese momento no me apeteció ser madre.

Ya había escuchado los riesgos de ser mamá por encima de los 35 o de los 40, pero asumimos, mi marido y yo, lo que podía venir. A pesar de todo, no puedo negar que sentí cierto miedo en algún momento. Una amiga cercana que también había estado embarazada a mi edad tuvo muchos problemas. Además, yo tengo algunos antecedentes familiares con enfermedades graves así que decidimos hacer el DGP.

Son las siglas de Diagnóstico Genético Preimplantacional y trata de detectar alteraciones genéticas. Cuando acudimos a la clínica para informarnos nos explicaron que por nuestro historial entrabamos dentro de las parejas a las que se les recomienda este análisis. También nos comentaron que está preparado para detectar más de 300 enfermedades. Sabíamos a lo que nos exponíamos y decidimos que preferíamos tener un embarazo más “tranquilo” mediante la DGP. Todo fue bien, nos dieron los resultados y seguimos adelante.

Después de aquello todo fue rápido y sereno. Mi parto fue natural y sin problemas. Mi marido, creo, fue el que más lo sufrió porque, como muchos padres, no saben muy bien qué hacer en ese momento. Yo le dije: “no te preocupes, a partir de ahora vas a tener muuuchas cosas que hacer…”.

YA IBA SIENDO HORA

Cuando se alquila o compra un piso hay que fijarse en muchas cosas para que no te lleves un chasco cuando empieces a vivir en él, eso lo he aprendido con la experiencia. Los enchufes es algo muy importante que hay que vigilar, porque los enchufes son necesarios que estén en buenas condiciones, los enchufes en malas condiciones solamente crean problemas e incendios. Uno de mis amigos, que a decir la verdad ha dejado que su piso se fuese avejentando, ha tenido que buscar en internet unas ofertas enchufes online baratos para poder cambiar los enchufes de su casa que estaban que daban miedo. Había uno de los enchufes que hacía más ruido que la tele y mi amigo decía que era yo que lo estaba flipando, al final un día le desmonté el enchufe para que viese como estaba por dentro, y no le quedó más remedio que darme la razón, ya que estaba completamente chamuscado por dentro. Me daba mucho miedo que se pudiese prender un fuego por culpa de tener un enchufe en unas condiciones deplorables. Ahora parece que mi amigo ha empezado a concienciarse en empezar a reformar y arreglar todas las cosas que tiene mal en casa, que a decir la verdad no es que sean pocas. Yo ya le he dicho que le ayudo sin problema a arreglar las cosas que tiene que arreglar, además soy bastante manitas y se me da bien trabajar con las manos. Para la parte eléctrica que a mí me da un  poco de respeto, mi amigo tiene un medio primo que es electricista que es el que se va a hacer cargo de todos los enchufes que hay que ir reemplazando. El resto lo podemos hacer nosotros dos sin ningún problema. Creo que cuando terminemos de arreglar todo lo que hay que arreglar, el piso va a ser mucho mejor que como está ahora mismo. Aunque creo que mi amigo debería de haber hecho la reforma en su casa mucho antes de lo que lo va a hacer, hubiese estado mucho más a gusto en su propia casa.

¿Quieres ahorrar? Compra ahora tus jerséis de invierno

¿Eres una persona a la que le gusta la ropa de estilo clásico? ¿O al menos de los que quieren tener en su armario ciertas prendas atemporales para algunas ocasiones? Si respondes afirmativamente a una de las dos preguntas, es el momento de aprovechar las ofertas de jerséis de hombre que quedan en los estantes de invierno las tiendas de ropa físicas o online.

Ahora que llega la ropa de primavera, muchos comercios están locos por quitarse de encima las prendas de invierno porque ocupan espacio y no les apetece tenerlas en almacén varios meses con riesgo de que se manchen o de que se deterioren. Por eso suelen dejarlas a precios de saldo que a veces superan muy poco el valor de coste de la prenda.

Es el momento de hacerse con repuestos para el armario, especialmente de aquellos modelos que nunca pasan de moda y que no hay riesgo de que se vayan a ver desfasados en el 2020. Pero incluso se pueden comprar prendas muy de moda este año porque todo el mundo las tiene en sus armarios y, lógicamente, seguirá poniéndolas el próximo año.

Para saber qué jerséis comprar lo mejor es aplicar el método de Marie Kondo. Solo tienes que juntar todos los jerséis que tienes actualmente y poner a un lado todos aquellos que no has utilizado en todo el invierno. Esos los donarás si están en buenas condiciones o los tirarás si ya no sirven.

Seleccionados los que te vas a quedar para el próximo invierno haz el cálculo de cuántos más puedes necesitar para completar tus necesidades. Si piensas que vas a necesitar más o menos cuatro jerséis más, compra dos en los saldos. Así, te quedará un margen de otros dos para comprar cuando llegue la ropa de temporada, ya que seguramente te apetezca lucir alguna novedad.

Otra manera de hacer las cuentas es, previa selección tal y como hemos indicado, meter toda la ropa de invierno en su lugar de almacenaje y ver el espacio que queda libre. En función de ese hueco que tienes para guardar, podrás decidir cuántos jerséis comprar en los saldos de fin de temporada, evitando encontrarte con demasiada ropa y poco espacio para guardarla.

Seguramente, cuando comience la temporada verás como algunos de los jerséis que ahora compres casi regalados vuelven a su precio original y te alegrarás de saber cuánto has ahorrado.

El cuerpo que realmente deseaba

La primera vez que visité al cirujano de la clínica que luego me operó me dijo una frase que me dio mucho que pensar: “las cosas que más deseamos son aquellas que fingimos no necesitar”. En un principio no me hizo mucha gracias ya que estábamos hablando de las opciones que tenía para conseguir una figura más satisfactoria. Pero en aquel momento todavía estaba bastante dudosa y con cierto reparo a someterme a una operación de cirugía estética.

Pero una semana después lo vi de otra manera. Aquella frase llevada al contexto que me ocupaba a mí me animaba a quitarme los prejuicios y buscar el cuerpo deseado. Sabía, por experiencia, que con dieta y ejercicio físico no sería suficiente. Necesitaba esa ayuda extra que solo podría conseguir mediante una operación. Pero aún hoy muchas personas, como yo antes, ven la cirugía como rebajarse, como una derrota y no es así si uno se convence de sus beneficios.

Por eso, cuando volví a reunirme en la clínica de Liposuccion Pontevedra lo primero que le dije al cirujano fue: “ya no finjo no necesitar lo que deseo”. Quería verme en el espejo y sentir satisfacción, salir a la calle y notar que otras personas se fijan en mí por mi aspecto, entrar decidida en una reunión de trabajo… o en el mismo supermercado. ¿Para qué negar que el aspecto físico es muy importante en la autoestima si no es de otra manera?

Realmente yo admiro a todas esas personas que no les importa estar de una manera u otra, que se sienten bien con 20 kilos de más o con un busto minúsculo. Pero yo no soy así: no tengo tanta autoestima, soy más realista, o lo que sea: necesito un cuerpo con el que sentirme bien.

Cuando definitivamente puse fecha para mi operación en la clínica Liposuccion Pontevedra me sentí un poco nerviosa, pero a la vez confiada porque sabía que estaba haciendo lo correcto. Me quité los prejuicios, modelé mi cuerpo y cuando pasaron unas semanas me miré entusiasmada al espejo. Conocerse a sí misma es el primer paso hacia la felicidad.

Un estudio esperanzador

Mi médico de cabecera fue la primera persona que me habló del estudio: se trataba de una iniciativa innovadora a nivel mundial que trataba de establecer unos patrones fiables para detectar a tiempo el cáncer de pulmón. Y es que uno de los grandes problemas de este tipo de cáncer es que no existe un protocolo de screening, al contrario de lo que sí sucede con otros tipos de gran incidencia como el de colon o el de mama.

Mi médico me aseguró que cumplía los requisitos principales para integrarme en el estudio Moonshot para acabar con el cáncer de pulmón: ser mayor de 50 años y haber sido fumador habitual. En un principio me pareció estupendo: me iban a hacer unos análisis gratis que, en teoría, me iba ayudar a conocer mejor mi estado de salud. Pero, cuando llegó el momento de apuntarme, empezaron las dudas.

Al tratarse de un análisis experimental, las conclusiones tampoco podían ser definitivas. ¿Y si encontraban algunos indicios de cáncer? ¿Cómo iba a reaccionar yo ante una situación así? Creo que lo peor que existe cuando hablamos de salud es la incertidumbre: no saber lo que se tiene, que los médicos tarden en diagnosticar. Así que me lo pensé dos veces antes de acudir a la clínica.

Pero fue una conversación con mi hija mayor, que está estudiando Medicina, la que me hizo decidirme. Ella está enfocando su carrera hacia la oncología y me hablo muy bien tanto de la clínica como del proyecto. Me dijo que gracias a los voluntarios se podría estar colaborando activamente en el tratamiento de un cáncer tan agresivo como el de pulmón.

Así que, al final, me apunté. Tengo que decir que todavía estamos en las fases iniciales del estudio y todavía no se ha llegado a ninguna conclusión. Me han hecho algunas pruebas y debo volver a repetir dentro de unos meses, pero el tratamiento ha sido excelente y, sin duda, se aprecia el desafío que supone para ellos este estudio. Confío en que entre todos podamos lograr algún día terminar con este drama del cáncer.

El precio de un litro de leche

Seguro que has leído en más de una ocasión sobre las luchas de los ganaderos para conseguir un precio justo por la leche. Pero ¿cuánto sería el precio justo? ¿Cuánto cuesta producir un litro de leche? Y, ¿cuánto deberíamos de pagar por un producto de calidad en el supermercado?

Un precio justo sería aquel que cubre el coste de producción y deja un margen de ganancia suficiente para que al ganadero le merezca la pena el esfuerzo que está realizando. El precio varía en función de la calidad del producto, como es de esperar, no es lo mismo un litro de leche de vacas que se alimentan de pasto que un litro de leche de vacas que se alimentan casi en exclusiva con piensos. Pero, en cualquier caso, siempre debería de cubrir el precio de producción.

El problema es que muchos ganaderos se ven obligados a vender la leche por debajo de lo que les cuesta producirla ya que los precios son fijados en demasiadas ocasiones por empresas que monopolizan áreas enteras. Si a un ganadero le cuesta producir un litro de leche entre 0,35 y 0,40 céntimos ¿cómo es posible que podamos comprar un brik de leche en el supermercado por 0,61 céntimos (precio de la leche de oferta de una marca blanca).

Teniendo en cuenta que el transportista, la empresa que envasa la leche y el supermercado deben de obtener beneficios, la respuesta está clara: se está pagando por la leche menos de lo que cuesta producirla. En ocasiones, incluso 0,20 céntimos. ¿Qué pueden hacer los ganaderos en estos casos? Les quedan dos vías:

-Bajar la calidad de la leche. Esto se puede hacer, por ejemplo, dándoles a las vacas piensos que logran que den más cantidad de leche, pero de menos calidad y con un sabor diferente del de la leche que las vacas pueden llegar a producir consumiendo mayormente pasto, de la forma más tradicional.

-Unirse en cooperativas o en sociedades agrarias de cooperación como es el caso de los productores de leche central lechera asturiana. De esta manera, se tiene mucha más fuerza y se logran precios justos sin tener que bajar la calidad del producto.

Ahora, cuando vayas al supermercado y te preguntes por qué hay diferencia en los precios de las diferentes marcas de leche, tendrás una idea más clara de qué hay detrás de algunas ofertas.

Hacer la compra de otra manera

Un día abrí el armario de la cocina y me di cuenta de que la mitad de la compra eran productos ‘dudosos’: ¿dónde hacen estas galletas? ¿de dónde vienen exactamente estos macarrones envasados? Tengo varios amigos muy metidos en proyectos de sostenibilidad alimentaria y me contagiaron sus preocupaciones. Ellos siempre dicen que podemos cambiar el mundo tan solo con la compra del supermercado y aunque suene exagerado, en parte tienen razón.

Por ejemplo, si en vez de comprar unas manzanas cultivadas en un país del Este, compro las que cultiva una empresa de mi entorno estoy apoyando el comercio local y fomentando su desarrollo. ¿Por qué no comprar mantequilla Ecológica certificada en vez de una mantequilla cualquiera en cuyo proceso no hay ninguna garantía de sostenibilidad?

Fue así como empecé a cambiar mi forma de consumir en el supermercado. Tuve que dejar el súper de toda la vida al que llevaba yendo varios años y empecé a hacer la compra en tiendas. Por suerte, recientemente han abierto un pequeño supermercado ecológico en el barrio que me permite ahorrar algo de tiempo: pero en él todavía no venden pescado ni carne. Para esto tengo que ir a la carnicería y a la pescadería del barrio.

El problema de hacer una compra ecológica y sostenible, no solo radica en el tiempo, sino sobre todo en el dinero. En muchos casos, un producto ecológico costará más que uno que no lo es: una mantequilla Ecológica certificada pasa por una serie de controles, y esto supone gastar más recursos, por lo que el producto, generalmente, debe ser más caro para aportar unos beneficios suficientes a la empresa para mantenerse a flote.

No soy millonario, aunque no me va mal del todo. Entiendo que mucha gente no se pueda permitir llenar el carro exclusivamente de productos ecológico, pero, poco a poco, si apoyamos esta clase de productos, la calidad de todos los alimentos, independientemente de su procedencia, mejorará. Pero, con todo, yo prefiero gastar un poco más, consumir un poco menos, y sentir que estoy ayudando a mi comunidad con mi carro de la compra.

Anticiparse a la enfermedad

Con respecto al cáncer creo que no hay término medio: podemos olvidarnos de que existe o estar obsesionados con ello. Yo he pasado por los dos estadios: durante la mayor parte de vida le he dedicado muy poco tiempo: solo cuando algún familiar ha tenido esta terrible enfermedad me he dado cuenta de que está ahí, pero pronto lo he tratado de borrar de mi cabeza.

Y es que soy una persona bastante hipocondriaca y no me conviene nada que las enfermedades sobrevuelen mi cabeza. Pero me voy haciendo mayor y en los últimos tiempos el cáncer como idea se ha ‘apoderado’ de mí. Mi abuelo tuvo cáncer de colon recto y ano. Fue un trago para toda la familia. Yo era muy pequeño y apenas lo viví, pero sí recuerdo lo mal que lo pasaron mis padres.

Debido a mi hipocondría me he empezado a obsesionar con todo tipo de cánceres, particularmente con el que padeció mi abuelo, porque en algunos casos podría ser hereditario. Tengo un buen seguro médico (pago una fortuna) y consideré que había llegado el momento de exprimirlo. Empecé a hacerme todo tipo de pruebas para tratar de anticiparme al cáncer.

Buena parte de los médicos que me tratan ya me conocen y saben que soy una persona un poco obsesionada con la salud. Pero, con todo, me han dado la razón: la mejor manera de luchar contra el cáncer es anticipándose, tratando de cazarlo en sus primeras fases, cuando es más fácil tratarlo. Pero el problema que tienen la mayoría de cánceres, como sabemos, es que son difíciles de detectar en esas primeras fases.

De hecho, en el caso del cáncer de colon recto y ano de mi abuelo, el problema vino por un tardío diagnóstico. Mi abuelo llevaba tiempo con dolores, pero nunca le dio demasiada importancia: era un tipo rudo con el umbral del dolor muy alto. Pero en este caso no hizo bien, ya que quizás se hubiese podido hacer más si le hubiese dado la importancia que se merecía. Yo, por mi parte, lo tengo claro: ante todo, prevenir.

Monos: elegantes y muy femeninos

Los monos llevan varias temporadas triunfando en los catálogos de moda. No les faltan motivos para ellos ya que son una de las prendas más femeninas y más versátiles. Quedan bien a chicas delgadas y también a las más rellenitas y, aunque están pensados para las más altas, escogiendo bien el modelo pueden quedar también perfectos en chicas bajitas.

Los Monos Neon Coco son un buen ejemplo de lo que estamos hablando. Con un toque sexy muy característico de la marca, sus monos no dejan indiferente a nadie. Sus diseños se adaptan perfectamente a las tendencias actuales escogiendo telas de cuadros en gris, por ejemplo, o el negro total con pantalón de pierna ancha.

Los monos de fiesta son una solución perfecta para cualquier ocasión. No es necesario combinar partes de arriba o de abajo y siempre se está impecable. Además, se pueden personalizar fácilmente utilizando complementos como gargantillas, collares o grandes cinturones. Los anchos con flores y otros adornos son los que tienen más éxito con este tipo de ropa.

Pero no es una pieza de ropa exclusiva para ocasiones, sino que los monos también están pensados para usar todos los días. Los más sport son perfectos para ir a clase las más jóvenes o para salir de compras en un día cualquiera. Pero también encontramos monos más serios que encajan con cualquier ambiente profesional y que se pueden combinar con chaquetas de vestir si es necesario dar una imagen muy profesional.

Algunos monos simulan ser dos piezas. Son los favoritos de aquellas mujeres que quieren disimular un poco de barriguita ya que al ser flojos en la parte de la cintura no marcan los posibles michelines. Al estar de moda con pierna ancha, quedan bien en mujeres con mucha cadera o muslos generosos. Pero también en quienes están muy delgadas y quieren disimular sus piernas. Los monos cruzados son los que mejor suelen sentar a todas las mujeres.

Si queremos buscar algún pero a los monos este se encuentra en su incomodidad a la hora de ir al baño, ya que la mujer tiene que bajarlo por completo para poder hacerlo, lo que puede resultar muy incómodo en algunos baños públicos de pequeño tamaño y escasa higiene. Sin embargo, existen soluciones que ayudan a salir del paso e incluso hay blogs en los que se explican trucos para poder hacerlo. De cualquier modo, no son aptos para las que tienen que visitar este lugar con mucha frecuencia.

4 prendas imprescindibles en el armario de tus hijos este invierno

Si eres de esas personas que en Navidad además de juguetes regalas también algo útil como ropa, seguro que estás haciendo recuento de qué prendas hacen falta en el armario de tu hijo. Te vamos a recomendar las que consideramos 4 prendas imprescindibles para que cualquier pequeño tenga un buen fondo de armario.

– Los polos para niños: Imprescindibles para “ir de domingo”, como decían nuestras abuelas. Los polos son una prenda suficientemente formal para prácticamente cualquier ocasión en el niño pero a la vez son cómodos y les permiten moverse con total soltura.

– Las sudaderas de felpa: Les encantan porque son suaves, calentitas y tienen todos los dibujos de moda. Las sudaderas pueden ser con o sin capucha, pero actualmente se llevan con la capucha y no te parezca raro si tu hijo se la pone incluso aunque no llueva o no haga mucho frío, es la tendencia en los mayores y él va a imitar lo que ve en sus ídolos musicales o en los niños de más edad del colegio. Seguro que a ti no te gusta, pero el estará más que encantado.

– Las camisetas térmicas: Estas camisetas son ideales para que el niño siempre esté calentito, incluso si se le olvida poner la cazadora cuando sale a jugar al patio. Es una garantía de que el pequeño no va a pasar frío y en caso de que juegue mucho y sude hay modelos que son perfectamente válidos para quedar a la vista, por lo que no será un problema quitar el jersey de ser necesario. Las camisetas térmicas se pueden llevar debajo de todo tipo de prendas y hay calzoncillos largos a juego para los sitios en los que hace más frío o para los niños más propensos a sentirlo.

– Los jerséis de ochos: Están de moda, son calentitos y muy monos. Le gustarán al niño y también a los padres y son fáciles de combinar con todo tipo de ropa. Los encontrarás en todos los estilos, desde los más formales hasta los más divertidos y pueden usarse muy flojos o algo más pegados al cuerpo por lo que son perfectos para que duren tiempo y aguanten al menos un par de estirones antes de tener que relegarse al cajón de la ropa para donar o para heredar primos o hermanos más pequeños.