Un negocio sin vocación

Tengo muchos amigos que se dedican al trabajo de sus sueños o, al menos, siempre se apresuran a decir la siguiente frase: “bueno, yo tengo suerte que trabajo en lo que me gusta, pero…”. Y el ‘pero’ va por gente como yo que nunca ha tenido una vocación y, por lo tanto, nunca se han dedicado al oficio de sus sueños, ya sea apicultor o presidente de una diputación.

Cuando cuento a la gente que tengo una tienda de venta de cortinas online me miran de forma indiferente, como pensando “ah, bueno, está con esto mientras surge otra cosa”. Es posible que al principio yo pensase lo mismo, pero actualmente es un ámbito que disfruto y va bien: no pienso en dedicarme a otra cosa, a no ser que el sector me obligue a ello.

No soy hijo de vendedor de cortinas ni mi familia se ha dedicado durante siglos al noble arte de tejer cortinas. No, ha sido una cuestión de azar. Hace años tuve una novia que trabajó en una tienda física de cortinas. Por aquella época yo no tenía ni idea del tema, ni me interesaba. Pero soy muy buen novio y escucho a mis parejas cuando hablan (cosa que no todo el mundo puede decir). Así que mientras ella me contaba los pormenores de su trabajo, yo fui aprendiendo mucho sobre el negocio, sin saber que tiempo después me dedicaría profesionalmente a ese ámbito.

Cuando yo me quedé sin trabajo, mi novia me ayudó y empecé a trabajar en el almacén de la tienda lo que me puso en contacto con proveedores y fabricantes. Poco tiempo después, mi relación con aquella chica terminó (las cortinas no tuvieron la culpa) y yo dejé de trabajar en la tienda porque era lo mejor para los dos.

Y fue en ese momento cuando la idea de montar una tienda de venta de cortinas online empezó a dar vueltas en mi cabeza. No me gustaba especialmente ni era el sueño de mi vida, pero vi una oportunidad de negocio aprovechando los conocimientos que había adquirido. Y al final, incluso, arreglé los problemas con mi novia que actualmente es mi socia en el negocio.

Los quesos asturianos, deliciosos y muy variados

Los quesos de asturias son, seguramente, los grandes desconocidos en España. Todo el mundo conoce los quesos manchegos, el queso de Burgos o el queso de tetilla, pero cuando se piensa en Asturias, como mucho, nos viene a la mente el queso de Cabrales que, además, muchos confunden con el queso azul francés.

El queso es un elemento clave en la gastronomía asturiana, tanto o más que sus famosas fabes. Aunque entre los aficionados a los quesos su fama es muy grande, hasta hace relativamente poco tiempo no era fácil degustarlos fuera de Asturias ya que no se trata en su mayoría de quesos curados fáciles de poder transportar. Muchos son quesos frescos o semifrescos que se estropeaban en los viajes, por lo que no fue hasta el siglo XX que comenzaron a venderse en otros puntos del país.

Existen quesos asturianos realizados con todo tipo de leche aunque los más numerosos son los de leche de vaca, como el queso Monje, el Bota o el Oscos, uno de los más conocidos fuera de las fronteras asturianas. Entre los de cabra podemos hablar del queso Monje de cabra, del queso Cuevas del Mar o de La Chivita, por nombrar solo algunas de las muchas variedades. No faltan tampoco los quesos de oveja, como el Jalón, el Ovín o el Peralzoa.

Algunas variedades de quesos se realizan con distintos tipos de leche, hemos visto el Monje que puede estar hecho con leche de vaca o de cabra o el Canal de Ciercos que existe en las tres variedades. También es frecuente encontrar quesos realizados con mezclas de diferentes leches, consiguiendo así un sabor muy especial y diferente. El queso Peñamellera, por ejemplo, lleva los tres tipos de leche en su composición.

Cualquiera de estos quesos puede degustarse solo, acompañado de otros fiambres o como parte de platos preparados. Por ejemplo, el famoso queso Cabrales forma parte de muchas recetas combinando muy bien con las deliciosas carnes asturianas y sirviendo en muchas ocasiones de relleno a los famosísimos cachopos. Si para el queso curado manchego no hay mejor acompañamiento que un vaso de vino, el Cabrales pide sidra para poder disfrutarlo a gusto. Incluso hay quién recomienda realizar una mezcla de queso y sidra para untar en pan, un placer que dicen que no tiene nada de pecado y que es toda una delicia para los sentidos.

La jubilación del empresario

Cuando un trabajador se jubila, a menudo siente una sensación agridulce. Por un lado, una cierta tristeza porque se cierra una etapa de la vida que ha sido larga y, por otro lado, la alegría del merecido descanso, tiempo libre para poder hacer lo que se desea, para viajar o para realizar toda una serie de proyectos que llevaban tiempo aparcados.

Para un empresario todo es un poco más complicado. A estas sensaciones se le une el hecho de que tiene que poner en venta de negocios que seguramente ha levantado con mucho esfuerzo. Estos negocios, que suponen el fruto de muchos años, no siempre tienen una continuidad en la figura de un hijo y, simplemente, se venden para poder ejercer de jubilado oficialmente.

Vender un negocio no es sencillo. Hay que seguir muchos pasos para poder valorarlo correctamente, ponerlo en el mercado adecuado y buscar a los compradores que puedan estar interesados y estén dispuestos a pagar en lo que vale la empresa. Entre medias, papeleos, redacción de contratos y tantas cosas que hacer que pueden superar a una persona acostumbrada al trabajo, pero no a los trámites burocráticos.

Por eso, para poder ocuparse de otras cosas y de organizar correctamente la jubilación, lo mejor es dejar la venta de la empresa en manos profesionales que se ocupen de hacerlo todo, desde el principio hasta el fin.

Un problema común en aquellos que a menudo les ha costado tanto tomar la decisión que una vez que lo hacen ya no quieren esperar más. Desean pasar página cuanto antes aunque eso suponga perder algo de dinero. Dejarlo todo en manos de asesores evitará una venta impulsiva y conseguirá un precio justo, lo cuál es muy bueno cuando uno se jubila ya que nunca se sabe cuánto dinero se podrá necesitar en un futuro.

Otra opción para quienes estén planteándose la jubilación es la de llegar a un acuerdo con una persona para prepararla para llevar el negocio cuando se decida al retiro el actual propietario. Esta persona puede comprar parte de las acciones de la empresa y comenzar a trabajar para conocer como funciona todo por dentro y aprender los trucos de la persona que quiere irse, que se retirará así poco a poco, cediendo cada vez más terreno a su nuevo socio hasta que, finalmente, se haga cargo de la totalidad de la empresa adquiriéndola poco a poco con las ganancias que vaya obteniendo de su trabajo en la misma.

La investigación, la vía para derrotar al cáncer

Cada vez son más los enfermos que acceden a participar en un ensayo sobre el cancer y son muchas las razones para ello. Para empezar, parece que se está perdiendo un poco de miedo a decir que se padece esta enfermedad. Durante muchos años, era llevada como un secreto, como si la persona enferma tuviera algo que no debe de saberse. Generalmente, ni se nombraba y, de forma que rozaba lo supersticioso, se hacía referencia a una larga enfermedad tanto para indicar que la persona se había restablecido o que había fallecido.

Esto facilita mucho la vida al enfermo y a los familiares, que pueden tratar el tema con naturalidad y disfrutar del apoyo de amigos y compañeros de manera abierta. Pero también hace mucho más fácil a los médicos el poder proponer al paciente que participe en ensayos clínicos e investigaciones.

El paciente puede acceder a realizarse más pruebas de las que le corresponderían, realizar test o incluso probar nuevos medicamentos. Muchas de estas cosas tal vez no tengan una incidencia directa sobre su enfermedad, pero ayudará a quienes están investigando para conseguir nuevas soluciones para curar el cáncer o frenar la enfermedad una vez que se ha producido. También puede ayudar a conocer su origen y saber por qué actúa del modo en que lo hace.

La investigación es el arma más poderosa para poder vencer al cáncer y se van produciendo avances, cada vez mayores, que dan esperanzas de poder encontrar cura para la enfermedad a medio plazo. Por suerte, cada vez vamos entendiendo mejor cómo funciona esta enfermedad y algunos de los cánceres que antes eran una sentencia de muerte segura hoy pueden superarse si se descubren a tiempo o tienen una esperanza de vida larga. Todo esto hace que, aunque el cáncer siga siendo una palabra aterradora y su diagnóstico un gran batacazo, ya no tenga por qué verse como el final necesariamente.

La investigación necesita de financiación para poder llevarse a cabo y también de valientes voluntarios que participen en estos proyectos. A cambio, sabrán que están siendo controlados y vigilados con lupa y que, por tanto, estarán recibiendo una atención extra que siempre puede ser beneficiosa para ellos. Y, ¿quién sabe? Tal vez gracias a su contribución la próxima persona que tenga el mismo problema pueda afrontar la enfermedad con muchas más esperanzas gracias a su desinteresada labor.

Teléfonos de información externalizados

La externalización de ciertos servicios en las empresas no solo es cada vez más común sino también más necesario. Por eso, servicios como los de un contact center en coruña están cada vez más solicitados.

Para muchas empresas es totalmente inviable tener en su plantilla personal suficiente para contestar un servicio de atención al cliente durante todas las horas del día todos los días de la semana. No obstante, por el tipo de servicio que ofrecen, esto se hace totalmente necesario. ¿Cómo actuar en estos casos? La respuesta es la externalización que ofrece varias ventajas muy importantes:

-Gastos fijos. Con el personal propio a menudo es complicado saber qué gastos fijos se tienen porque puede haber bajas, despidos, nuevas incorporaciones etc. pero con un servicio externalizado todo está claro de ante mano y se sabe cuánto se va a pagar y qué se va a obtener por ese dinero. Esto facilita mucho a la empresa el poder llevar una contabilidad un poco más exacta y previsora, sobre todo cuando no hay demasiado margen para jugar.

-Personal especializado y permanente. Contar con personal fijo ofrece problemas a los empresarios que tienen que ocuparse de su formación y de cubrir bajas, vacaciones etc. Todas estas cosas son temas a olvidar cuando se externaliza el servicio. Ellos se encargarán de solucionar con rapidez cualquier problema que pueda aparecer en este terreno.

La empresa se olvida también de la formación, ya que tras ofrecer a la empresa externa un buen manual respecto a qué se quiere hacer, algo que se elabora de cualquier modo para los empleados propios, la tarea de formar a los trabajadores y asegurarse de que son aptos para el desempeño del trabajo es de la empresa externa.

– Trabajadores en función del volumen de llamadas. Hay servicios que necesitan estar disponibles las 24 horas del día, pero que no siempre tienen la misma demanda. Con personal de la empresa es complicado reforzar el servicio en el momento en que hay más demanda y dejar a menos personas cuando el volumen de llamadas es bajo. Pero un servicio de contact center puede hacerlo, ya que tiene la posibilidad de mover personal de un trabajo a otro en función de lo necesario en cada momento.

Todas estas ventajas no implican que la empresa tenga un control sobre el contat center, asegurándose de que el servicio que dan es el apropiado y que sus clientes están satisfechos.

Las dos heladerías

Su madre le había enseñado el noble arte de hacer helados porque trabajó durante muchos años para una pequeña empresa especializada en derivados lácteos. Recuerdo ir alguna vez a su casa y probar helado casero que estaba delicioso. A mí me parecía algo mágico, pensaba que hacer helados solo estaba al alcance de expertos chefs o de grandes empresas que se dedicaran a ello.

Él nos decía que no era tan complicado (aunque en realidad lo era), que con unos pocos ingredientes podíamos nosotros también hacer helado: leche desnatada en polvo, chocolate, agua, azúcar y poco más. Pero yo seguía sin ver como con esas cuatro cosas se podía hacer un helado tan rico como el suyo. Tampoco es que lo intentara, prefería ir a su casa y comerlo allí.

Muchos años después, cuando volví al pueblo, me encontré de nuevo con él y nos comentó que tenía pensado abrir su propia heladería. Había estado trabajando algunos años para la misma empresa de su madre, pero quería establecerse por cuenta propia. Nosotros le animamos porque, sin duda, sabía lo que hacía cuando se trataba de helados, pero había un problema: el pueblo ya tenía una heladería muy famosa.

Efectivamente, la heladería del pueblo se ponía las botas sobre todo en verano, como es lógico cuando hablamos de helados, pero es que también vendía bastante el resto del año. Resultaba sorprendente acercarse un día de pleno invierno, con frío y lluvia y comprobar que tenían algunos clientes que, a pesar de todo, querían su helado.

¿Cómo competir con un negocio tan arraigado en el pueblo? Con su experiencia y ofreciendo un producto diferente. Partiendo de los ingredientes que ya conocíamos, leche desnatada en polvo, azúcar, miel, etc. comenzó a trabajar en algunos sabores diferentes, mucho más exóticos que los tradicionales. Además quería conseguir una textura única, diferente a los helados de la competencia. Estaba claro que la única manera de lograr el éxito era marca distancia con la otra heladería.

Cuando abrió, tardó en encontrar clientes fijos, pero con el tiempo se asentó como la ‘otra’ heladería del pueblo y ambas pudieron convivir.

La casera que leía periódicos de economía

Se cumplía un año de nuestro contrato de alquiler y recibimos una llamada de la casera. No es lo habitual que llame, suele informar por WhatsApp, así que nos extrañamos. La chica nos caía bien, no parecía la típica casera que pelea por la última peseta, como hacen la mayoría, o al menos esa es la experiencia que he tenido hasta ahora con 5 ó 6 arrendadores.

Se supone que nos llamaba para una pequeña reforma piso. Cuando entramos en esta casa, nos dijo que tenía intención de cambiar la placa de la cocina, que era de gas, por una cocina de inducción, más moderna y ahorrativa. A nosotros nos pareció bien, aunque le dijimos que tampoco nos corría prisa: no queríamos tener obra en casa, aunque fuese pequeña, nada más entrar en ella.

Así que la cosa se fue dejando hasta que pasó un año. Cuando le cogí el teléfono esperaba que me  comentase algo de la cocina que ya tocaba. Y, efectivamente, me dijo que había estado mirando placas y que ya tenía más o menos decidido lo que iba a poner, que estaba muy bien, etc. Le pregunté, para estar preparados, que para cuándo calculaba que sería la reforma piso, pero echó balones fuera, como se suele decir.

Y cuando ya iba a colgar, dijo: “un momento, quería comentaros otra cosa, si tienes un segundo”. Aquello no sonó nada bien, pero no tenía idea de por dónde iban los tiros, así que escuché: “mira es que me he estado informando. Me gusta mucho estar al día, leo mucho periódicos de economía y he visto que en la zona en la que tengo este piso, el vuestro, se están revalorizando mucho las viviendas…”. Y entonces ya supe la bomba que quería soltar. No me hizo falta seguir escuchándola para saber que nos quería subir el precio del alquiler… ¡solo un año después de firmar el contrato!

Mientras yo enrojecía de cólera, traté de controlar mis nervios y decirle a todo que sí. Necesitaba confirmar el dato con el contrato delante… que no había vuelto a leer desde que lo firmamos. Y efectivamente, según ponía el contrato, no se podía alterar el alquiler hasta que no pasaran dos años más… ¡Lista!

Enciso y la bebida

Conocí a mi amigo Enciso cuando íbamos a la universidad. Su nombre era Juan, pero todo el mundo le conocía por su apellido. Tenía un par de años más que nosotros y cuando tienes 17 años, esa pequeña diferencia de edad importa. Tenía mucha más experiencia que nosotros en diferentes ámbitos de la vida y aprendimos bastante con él. Pero lo mejor que tiene es su sentido del humor, muy personal, algo indescifrable a veces, pero inimitable.

Pero Enciso tenía un pequeño problema, al que en aquellos tiempos nadie daba mucha importancia: le gustaba beber. Vale, de aquella a todos nos gustaba beber. Bueno, más que beber, de lo se trataba era de emborracharse los fines de semana con los amigos. Lo habitual, ¿no? Con solo 20 años él, sin embargo, no era bebedor de fines de semana. A él le gustaba beber, no como a la mayoría de nosotros que buscábamos más bien el efecto de la bebida.

Con el tiempo, algunos de nosotros empezamos a apreciar el sabor de algunas bebidas alcohólicas más allá de su ‘efecto’, mientras otros dejaron de beber. Enciso siguió bebiendo más y más, sin importarle ya mucho el sabor de nada. Y entonces nos enteramos de lo de su  situacion del pancreas.

Cada uno habíamos hecho nuestra vida, y solo le veía en contadas ocasiones, pero alguien cercano nos comentó que tenía problemas en el páncreas. La verdad es que a alguno de los que estaba en aquella conversación le salió un poco la risa, porque casi nunca oímos hablar del páncreas, de hecho la mayoría no saben ni para qué sirve. Pero según nos comentó nuestra fuente, estaba bastante mal de ese tema y no sabía muy bien qué iba a hacer.

Así que un par de semanas más tarde, cuando me pasé por la ciudad fui a verle. Debo decir que físicamente estaba muy mal, de aspecto al menos, pero hablaba con mucho sentido común y, por primera vez en mucho tiempo, le vi completamente sobrio. Me comentó acerca de su situacion del páncreas: no fue muy específico, pero aseguró que tenía arreglo. Y de beber, nunca más: ya llevaba 5 meses sin una gota.

Implantes mamarios, las modas han cambiado

Al igual que cambian las modas en el vestir también cambian los patrones estéticos sobre las personas. Se varían los peinados y hasta la manera de maquillarse. Las melenas cortadas en capas y con aspecto rebelde de los ochenta nos parecían toda una aberración hace diez años cuando se llevaba el pelo planchado totalmente pero ahora vuelven a estar de moda y en nada nos volveremos a adaptar a verlas.

En lo que se refiere al aspecto corporal de las personas también se producen cambios en la forma en la que entendemos lo que es bonito o está de moda. A lo largo de la historia estos cambios se han visto reflejados sobre todo en la pintura en la escultura, con los diferentes cánones de belleza. Pero si antes los gustos podían variar midiéndose en siglos, ahora que todo transcurre con tanta rapidez puede llegar a modificarse en pocas décadas.

En los años ochenta, noventa e incluso a principios de este siglo, cuando una mujer acudía para realizarse un aumento de pecho en Vigo lo habitual era que solicitara implantes de gran tamaño y con formas redondeadas. El tipo de implantes que se popularizaron en muchas mujeres famosas, voluptuosos y muy llamativos.

Hoy, las mujeres que solicitan implantes mamarios ya no piden, en su mayoría, una talla excesivamente exagerada y dan preferencia, además, a los implantes con formas mucho más naturales. Los resultados son muy buenos ya que en muchos casos es imposible detectar a simple vista qué pecho está operado y cuál es natural.

Los pechos con aspecto muy natural y con un tamaño ajustado al cuerpo de la mujer, son la tendencia en las clínicas estéticas y son muchas las que habiéndose operado hace años, acuden ahora a retirar sus antiguos implantes para colocarse las nuevas alternativas. Además, las intervenciones actuales son mucho menos agresivas con el pecho, dejan menos cicatrices y son más rápidas.

Estos implantes mucho más naturales han animado a un sector de mujeres, que jamás se habrían planteado operarse, a pasar por el quirófano. Hablamos, por ejemplo, de chicas que no quieren aumentar el pecho, sino darle una forma más bonita tras haber sufrido los cambios típicos de la maternidad o tras haber perdido mucho peso de una forma brusca, causando que sus pechos se caigan o pierdan excesiva grasa quedando mucha piel sobrante. A veces, un simple implante es suficiente para dar un buen aspecto a estos pechos, aunque también hay casos en los que hay que recurrir a las reconstrucciones.

El orden se aprende desde la infancia

La base del orden es que haya un sitio para cada cosa y así, cada cosa pueda estar en su sitio. Si el niño tiene una gran cantidad de juguetes pero poco espacio para almacenarlos, lo normal es que sea imposible mantener un orden en la habitación. Por eso, el primer paso para enseñar al niño a mantener la habitación en buen estado es Comprar Organizadores de juguetes para niños online. Los hay de muchas formas y tamaños. Algunos son auténticos muebles que pueden estar en la habitación a la vista. Otros, pueden ocupar el hueco de debajo de la cama o pueden apilarse en algún rincón para que el cuarto tenga el máximo de espacio disponible para que el niño pueda jugar.

Se explicará al niño donde debe de poner cada cosa y, una vez que juegue, deberá de devolverla a su lugar. Para los niños más pequeños lo más sencillo es hacerlo mediante fotos. Por ejemplo, si en un cajón van todos sus cochecitos, el cajón puede tener la foto de un coche y si en otro organizador van los juegos de mesa, se hará lo mismo. Así, le resultará más fácil saber dónde tiene que guardarlo todo.

Del mismo modo, también hay que enseñar al niño que no tiene por qué tener tantas cosas. Cuando llega la Navidad y se le van a regalar muchos juguetes nuevos, se pueden hacer una selección de los que tiene en la actualidad. Aquellos que ya no son para su edad, porque los ha superado, pueden donarse. Los que todavía son útiles para el niño, pueden ir a un trastero y se pueden ir alternando los juegos que tiene en casa. Así, no se aburrirá nunca de ellos y siempre tendrá cosas nuevas que llamarán su atención.

Al tener menos cosas en su cuarto es también más fácil llevar un orden y que todo esté en su sitio. Aunque es importante implicar al niño en las decisiones, también lo es ser firmes. Si el máximo de juguetes que puede tener en su cuarto son cinco o seis, no se le debe dejar que sobrepase ese número por mucho que se empecine. Al principio protestará, pero debe de entender que si no toma él las decisiones los padres lo harán por él y decidirán que juguetes puede tener. Seguro que poco a poco, el niño lo asumirá como normal y no tendrá problemas en llevarlo a cabo.