UN OASIS DE LIBERTAD CREATIVA

¿Existe un lugar donde compartir conocimientos de diferentes disciplinas artísticas, experimentar y dejar fluir la libertad creativa? Es evidente que hay muchos alrededor del mundo. Pero, ¿existe en Madrid un espacio que además cuente con todos los medios necesarios y la guía adecuada para llegar a buen puerto? En un centro universitario de artes como Tai arts se reúnen todas esas características.

Esta institución nació en 1971 precisamente con esa premisa: ser un laboratorio donde intercambiar ideas, ver y aprender de diferentes trabajos artísticos y participar en otros proyectos de disciplinas como el teatro, el cine, la fotografía, el diseño o la música. Y desde entonces, han pasado más de 25.000 alumnos, 2000 profesores y centenares de artistas de fama internacional, invitados a impartir clases magistrales como David Lynch, Jorge Drexler, Isabel Coixet, John Waters y un largo etcétera. Ahora se imparten grados, diplomaturas, masters y cursos de experto en un edificio de más de 10.000 metros cuadrados, equipado con platós de televisión, salas de edición, auditorio y diferentes laboratorios artísticos.

El secreto de TAI para crecer y perdurar en el tiempo es su metodología, eminentemente práctica, que genera un entorno de exploración para sus alumnos, donde pueden encontrar su sello personal como artistas. Además conecta a sus estudiantes transversalmente para que trabajen de forma conjunta en proyectos interdisciplinares que nacen del propio alumnado. El resultado es tan prolífico como valioso: cientos de proyectos rompedores y valientes como cortometrajes, exposiciones fotográficas, composiciones musicales o muestras interpretativas, que inspiran y emocionan. Estas experiencias también sirven para elaborar un portfolio antes de terminar los estudios y encontrar los equipos con los que trabajar en proyectos profesionales futuros.

Pero además de estar en la vanguardia creativa, el secreto de su éxito es ser mediador entre el alumnado y el mercado laboral, acercar a los estudiantes a la realidad de los diferentes sectores artísticos y ofrecerles los conocimientos necesarios para saber moverse en ellos.

Un estudio de TAI del año 2016 refleja que más del 85% de los alumnos que han terminado sus estudios en los años inmediatamente posteriores están trabajando, y en la mayoría de los casos, en algo relacionado con lo que han estudiado allí.

De aquel pequeño espacio en Malasaña donde empezó TAI hace casi 50 años hasta ahora ha llovido mucho, pero la esencia y los objetivos siguen siendo los mismos. Ser ese nexo entre profesionales, presentes y futuros, donde intercambiar experiencias y conocimientos y sobre todo, donde crear. Las artes plásticas, la música, el cine, la industria del entretenimiento y el teatro coexisten en esta comunidad donde se nutren las unas de las otras.

Mi blog en inglés

Nunca pensé que me lanzaría a escribir en un blog, a pesar de que muchas de mis amigas me lo recomendaban. Trabajo desde años en una agencia de representación de celebridades y viajo mucho: más de un tercio del año estoy fuera de casa. Aunque en ocasiones es cansado, tengo que decir que me gusta. Soy ‘single’, no tengo cargas familiares y disfruto con ello. A veces, me veo como George Clooney en Up in The Air, aunque en mujer y quizás no tan guapa… pero casi.

El caso es que con tanto trajín llegó un momento en que me di cuenta de que me costaba relajarme. Probé con lo del yoga pero no es lo mío estar con los ojos cerrados porque me duermo. Así que probé con el blog y di en la diana. Con la vida que llevo contar mis experiencias me está ayudando mucho, sobre todo por el feedback que siento de mis seguidores.

Aunque hoy en día los blogs de lifestyle son legión, yo traté de profesionalizarlo gracias a mis contactos y me experiencia con celebrities, además de contar con alguna firma invitada que me atrajo mucho tráfico. Poco a poco fue creciendo y empecé a recibir ofertas de algunas firmas para ser promocionadas en el blog. Y como viajo mucho a Estados Unidos, me di cuenta que al blog le vendría bien estar en dos idiomas. Podría haberlo traducido yo, pero preferí confiar en uno de amigos que trabajan en Traduccion en Vigo.

Creo que es bueno saber colaborar con otras personas, saber delegar. Muchas veces se cree que uno puede hacerlo todo bien sola, pero no es cierto. Estamos en un tiempo colaborativo y dos siempre ven más que uno. Además, tampoco tenía tanto tiempo y aunque el inglés es mi idioma de trabajo, no sé me da tan bien a la hora de escribir como de hablar.

Gracias a confiar en la firma de Traducción en Vigo mi blog está pasando de ser un hobby a una fuente de ingresos extra gracias a su enorme repercusión pero, sobre todo, he encontrado una forma de relajarme más allá de mi trabajo habitual.

Tratamiento del cáncer de recto

Cuando se diagnostica un tumor de recto, el tratamiento tiene que ir en función de la salud de la persona y de lo desarrollado que pueda estar el cáncer. Si se tiene la suerte de localizar el tumor en sus inicios, lo más seguro es que solo sea necesario extraer el tumor mediante las diferentes técnicas que actualmente se utilizan para eso.

Si el cáncer no estaba más avanzado de lo que se creía en un principio, es posible que ni tan siquiera sea necesaria la quimio o la radioterapia. El paciente sería sometido a controles periódicos para asegurarse de que no se reproduce el cáncer y no haría falta nada más.

Si el cáncer se encuentra más avanzado, pero sin que haya todavía una metástasis, los médicos pueden valorar diferentes formas de tratamiento. Una de estas formas es ofreciendo la posibilidad de realizar quimio antes de la operación para reducir el tamaño del tumor y poder extirparlo más fácilmente.

El problema viene cuando el tumor está ya muy avanzado la solución puede ser combinar un tratamiento de quimioterapia y de radioterapia con una protectomía, que es una operación que consiste en la extirpación del recto. El paciente deberá de vivir con una bolsa para sus heces el resto de su vida, pero esta operación es la mejor garantía de que el tumor no se reproducirá. No obstante, nunca hay una seguridad al cien por cien de que esto no ocurrirá.

El problema más grave viene cuando ya hay una metástasis. En estos casos los médicos tienen que valorar cuidadosamente el alcance del daño y si hay o no posibilidades de mejorar la vida del paciente mediante intervenciones quirúrgicas. Si los daños están ya muy extendidos, los cuidados paliativos pueden ser la mejor opción, garantizando así que el paciente tenga la mejor calidad de vida el máximo tiempo posible.

Si se notan síntomas asociados al cáncer de recto o de ano, como dolores, sangrado en las heces o cambios en la forma de evacuar hay que acudir al médico para realizar un examen de la zona y hay que hacerlo con total naturalidad, como examinaríamos cualquier otra parte del cuerpo. Solo así se puede evitar que cuando se detecte finalmente el cáncer esté ya demasiado avanzado, lo que acorta las posibilidades de ser sometidos a un tratamiento exitoso y sin necesidad de extirpar el recto.

Mi embarazo

Mi marido siempre ha dicho que el embarazo fue una de las épocas más felices de su vida. Habíamos escuchado de todo tanto de amigos como de familiares con más “experiencia”, pero lo nuestro fue muy bien, salvo algunos pequeños problemillas… Me considero una persona con bastante sentido común y con mucha paciencia. La mayoría de la gente que me conoce resalta esa virtud: “no entendemos como eres capaz de mantener la calma en las situaciones más tensas”. Es mi forma de ser, siempre he sido así.

Y con el embarazo, a pesar de todo lo que supone, tampoco perdí la calma… la mayoría del tiempo. Debo decir que me quedé embarazada con 39 años… e iba ser mi primer hijo. Sería muy largo de explicar las razones por las cuales no me quedé embarazada antes, pero podría resumirlo de forma muy sencilla: hasta ese momento no me apeteció ser madre.

Ya había escuchado los riesgos de ser mamá por encima de los 35 o de los 40, pero asumimos, mi marido y yo, lo que podía venir. A pesar de todo, no puedo negar que sentí cierto miedo en algún momento. Una amiga cercana que también había estado embarazada a mi edad tuvo muchos problemas. Además, yo tengo algunos antecedentes familiares con enfermedades graves así que decidimos hacer el DGP.

Son las siglas de Diagnóstico Genético Preimplantacional y trata de detectar alteraciones genéticas. Cuando acudimos a la clínica para informarnos nos explicaron que por nuestro historial entrabamos dentro de las parejas a las que se les recomienda este análisis. También nos comentaron que está preparado para detectar más de 300 enfermedades. Sabíamos a lo que nos exponíamos y decidimos que preferíamos tener un embarazo más “tranquilo” mediante la DGP. Todo fue bien, nos dieron los resultados y seguimos adelante.

Después de aquello todo fue rápido y sereno. Mi parto fue natural y sin problemas. Mi marido, creo, fue el que más lo sufrió porque, como muchos padres, no saben muy bien qué hacer en ese momento. Yo le dije: “no te preocupes, a partir de ahora vas a tener muuuchas cosas que hacer…”.

YA IBA SIENDO HORA

Cuando se alquila o compra un piso hay que fijarse en muchas cosas para que no te lleves un chasco cuando empieces a vivir en él, eso lo he aprendido con la experiencia. Los enchufes es algo muy importante que hay que vigilar, porque los enchufes son necesarios que estén en buenas condiciones, los enchufes en malas condiciones solamente crean problemas e incendios. Uno de mis amigos, que a decir la verdad ha dejado que su piso se fuese avejentando, ha tenido que buscar en internet unas ofertas enchufes online baratos para poder cambiar los enchufes de su casa que estaban que daban miedo. Había uno de los enchufes que hacía más ruido que la tele y mi amigo decía que era yo que lo estaba flipando, al final un día le desmonté el enchufe para que viese como estaba por dentro, y no le quedó más remedio que darme la razón, ya que estaba completamente chamuscado por dentro. Me daba mucho miedo que se pudiese prender un fuego por culpa de tener un enchufe en unas condiciones deplorables. Ahora parece que mi amigo ha empezado a concienciarse en empezar a reformar y arreglar todas las cosas que tiene mal en casa, que a decir la verdad no es que sean pocas. Yo ya le he dicho que le ayudo sin problema a arreglar las cosas que tiene que arreglar, además soy bastante manitas y se me da bien trabajar con las manos. Para la parte eléctrica que a mí me da un  poco de respeto, mi amigo tiene un medio primo que es electricista que es el que se va a hacer cargo de todos los enchufes que hay que ir reemplazando. El resto lo podemos hacer nosotros dos sin ningún problema. Creo que cuando terminemos de arreglar todo lo que hay que arreglar, el piso va a ser mucho mejor que como está ahora mismo. Aunque creo que mi amigo debería de haber hecho la reforma en su casa mucho antes de lo que lo va a hacer, hubiese estado mucho más a gusto en su propia casa.

¿Quieres ahorrar? Compra ahora tus jerséis de invierno

¿Eres una persona a la que le gusta la ropa de estilo clásico? ¿O al menos de los que quieren tener en su armario ciertas prendas atemporales para algunas ocasiones? Si respondes afirmativamente a una de las dos preguntas, es el momento de aprovechar las ofertas de jerséis de hombre que quedan en los estantes de invierno las tiendas de ropa físicas o online.

Ahora que llega la ropa de primavera, muchos comercios están locos por quitarse de encima las prendas de invierno porque ocupan espacio y no les apetece tenerlas en almacén varios meses con riesgo de que se manchen o de que se deterioren. Por eso suelen dejarlas a precios de saldo que a veces superan muy poco el valor de coste de la prenda.

Es el momento de hacerse con repuestos para el armario, especialmente de aquellos modelos que nunca pasan de moda y que no hay riesgo de que se vayan a ver desfasados en el 2020. Pero incluso se pueden comprar prendas muy de moda este año porque todo el mundo las tiene en sus armarios y, lógicamente, seguirá poniéndolas el próximo año.

Para saber qué jerséis comprar lo mejor es aplicar el método de Marie Kondo. Solo tienes que juntar todos los jerséis que tienes actualmente y poner a un lado todos aquellos que no has utilizado en todo el invierno. Esos los donarás si están en buenas condiciones o los tirarás si ya no sirven.

Seleccionados los que te vas a quedar para el próximo invierno haz el cálculo de cuántos más puedes necesitar para completar tus necesidades. Si piensas que vas a necesitar más o menos cuatro jerséis más, compra dos en los saldos. Así, te quedará un margen de otros dos para comprar cuando llegue la ropa de temporada, ya que seguramente te apetezca lucir alguna novedad.

Otra manera de hacer las cuentas es, previa selección tal y como hemos indicado, meter toda la ropa de invierno en su lugar de almacenaje y ver el espacio que queda libre. En función de ese hueco que tienes para guardar, podrás decidir cuántos jerséis comprar en los saldos de fin de temporada, evitando encontrarte con demasiada ropa y poco espacio para guardarla.

Seguramente, cuando comience la temporada verás como algunos de los jerséis que ahora compres casi regalados vuelven a su precio original y te alegrarás de saber cuánto has ahorrado.

El cuerpo que realmente deseaba

La primera vez que visité al cirujano de la clínica que luego me operó me dijo una frase que me dio mucho que pensar: “las cosas que más deseamos son aquellas que fingimos no necesitar”. En un principio no me hizo mucha gracias ya que estábamos hablando de las opciones que tenía para conseguir una figura más satisfactoria. Pero en aquel momento todavía estaba bastante dudosa y con cierto reparo a someterme a una operación de cirugía estética.

Pero una semana después lo vi de otra manera. Aquella frase llevada al contexto que me ocupaba a mí me animaba a quitarme los prejuicios y buscar el cuerpo deseado. Sabía, por experiencia, que con dieta y ejercicio físico no sería suficiente. Necesitaba esa ayuda extra que solo podría conseguir mediante una operación. Pero aún hoy muchas personas, como yo antes, ven la cirugía como rebajarse, como una derrota y no es así si uno se convence de sus beneficios.

Por eso, cuando volví a reunirme en la clínica de Liposuccion Pontevedra lo primero que le dije al cirujano fue: “ya no finjo no necesitar lo que deseo”. Quería verme en el espejo y sentir satisfacción, salir a la calle y notar que otras personas se fijan en mí por mi aspecto, entrar decidida en una reunión de trabajo… o en el mismo supermercado. ¿Para qué negar que el aspecto físico es muy importante en la autoestima si no es de otra manera?

Realmente yo admiro a todas esas personas que no les importa estar de una manera u otra, que se sienten bien con 20 kilos de más o con un busto minúsculo. Pero yo no soy así: no tengo tanta autoestima, soy más realista, o lo que sea: necesito un cuerpo con el que sentirme bien.

Cuando definitivamente puse fecha para mi operación en la clínica Liposuccion Pontevedra me sentí un poco nerviosa, pero a la vez confiada porque sabía que estaba haciendo lo correcto. Me quité los prejuicios, modelé mi cuerpo y cuando pasaron unas semanas me miré entusiasmada al espejo. Conocerse a sí misma es el primer paso hacia la felicidad.

Un estudio esperanzador

Mi médico de cabecera fue la primera persona que me habló del estudio: se trataba de una iniciativa innovadora a nivel mundial que trataba de establecer unos patrones fiables para detectar a tiempo el cáncer de pulmón. Y es que uno de los grandes problemas de este tipo de cáncer es que no existe un protocolo de screening, al contrario de lo que sí sucede con otros tipos de gran incidencia como el de colon o el de mama.

Mi médico me aseguró que cumplía los requisitos principales para integrarme en el estudio Moonshot para acabar con el cáncer de pulmón: ser mayor de 50 años y haber sido fumador habitual. En un principio me pareció estupendo: me iban a hacer unos análisis gratis que, en teoría, me iba ayudar a conocer mejor mi estado de salud. Pero, cuando llegó el momento de apuntarme, empezaron las dudas.

Al tratarse de un análisis experimental, las conclusiones tampoco podían ser definitivas. ¿Y si encontraban algunos indicios de cáncer? ¿Cómo iba a reaccionar yo ante una situación así? Creo que lo peor que existe cuando hablamos de salud es la incertidumbre: no saber lo que se tiene, que los médicos tarden en diagnosticar. Así que me lo pensé dos veces antes de acudir a la clínica.

Pero fue una conversación con mi hija mayor, que está estudiando Medicina, la que me hizo decidirme. Ella está enfocando su carrera hacia la oncología y me hablo muy bien tanto de la clínica como del proyecto. Me dijo que gracias a los voluntarios se podría estar colaborando activamente en el tratamiento de un cáncer tan agresivo como el de pulmón.

Así que, al final, me apunté. Tengo que decir que todavía estamos en las fases iniciales del estudio y todavía no se ha llegado a ninguna conclusión. Me han hecho algunas pruebas y debo volver a repetir dentro de unos meses, pero el tratamiento ha sido excelente y, sin duda, se aprecia el desafío que supone para ellos este estudio. Confío en que entre todos podamos lograr algún día terminar con este drama del cáncer.

El precio de un litro de leche

Seguro que has leído en más de una ocasión sobre las luchas de los ganaderos para conseguir un precio justo por la leche. Pero ¿cuánto sería el precio justo? ¿Cuánto cuesta producir un litro de leche? Y, ¿cuánto deberíamos de pagar por un producto de calidad en el supermercado?

Un precio justo sería aquel que cubre el coste de producción y deja un margen de ganancia suficiente para que al ganadero le merezca la pena el esfuerzo que está realizando. El precio varía en función de la calidad del producto, como es de esperar, no es lo mismo un litro de leche de vacas que se alimentan de pasto que un litro de leche de vacas que se alimentan casi en exclusiva con piensos. Pero, en cualquier caso, siempre debería de cubrir el precio de producción.

El problema es que muchos ganaderos se ven obligados a vender la leche por debajo de lo que les cuesta producirla ya que los precios son fijados en demasiadas ocasiones por empresas que monopolizan áreas enteras. Si a un ganadero le cuesta producir un litro de leche entre 0,35 y 0,40 céntimos ¿cómo es posible que podamos comprar un brik de leche en el supermercado por 0,61 céntimos (precio de la leche de oferta de una marca blanca).

Teniendo en cuenta que el transportista, la empresa que envasa la leche y el supermercado deben de obtener beneficios, la respuesta está clara: se está pagando por la leche menos de lo que cuesta producirla. En ocasiones, incluso 0,20 céntimos. ¿Qué pueden hacer los ganaderos en estos casos? Les quedan dos vías:

-Bajar la calidad de la leche. Esto se puede hacer, por ejemplo, dándoles a las vacas piensos que logran que den más cantidad de leche, pero de menos calidad y con un sabor diferente del de la leche que las vacas pueden llegar a producir consumiendo mayormente pasto, de la forma más tradicional.

-Unirse en cooperativas o en sociedades agrarias de cooperación como es el caso de los productores de leche central lechera asturiana. De esta manera, se tiene mucha más fuerza y se logran precios justos sin tener que bajar la calidad del producto.

Ahora, cuando vayas al supermercado y te preguntes por qué hay diferencia en los precios de las diferentes marcas de leche, tendrás una idea más clara de qué hay detrás de algunas ofertas.

Hacer la compra de otra manera

Un día abrí el armario de la cocina y me di cuenta de que la mitad de la compra eran productos ‘dudosos’: ¿dónde hacen estas galletas? ¿de dónde vienen exactamente estos macarrones envasados? Tengo varios amigos muy metidos en proyectos de sostenibilidad alimentaria y me contagiaron sus preocupaciones. Ellos siempre dicen que podemos cambiar el mundo tan solo con la compra del supermercado y aunque suene exagerado, en parte tienen razón.

Por ejemplo, si en vez de comprar unas manzanas cultivadas en un país del Este, compro las que cultiva una empresa de mi entorno estoy apoyando el comercio local y fomentando su desarrollo. ¿Por qué no comprar mantequilla Ecológica certificada en vez de una mantequilla cualquiera en cuyo proceso no hay ninguna garantía de sostenibilidad?

Fue así como empecé a cambiar mi forma de consumir en el supermercado. Tuve que dejar el súper de toda la vida al que llevaba yendo varios años y empecé a hacer la compra en tiendas. Por suerte, recientemente han abierto un pequeño supermercado ecológico en el barrio que me permite ahorrar algo de tiempo: pero en él todavía no venden pescado ni carne. Para esto tengo que ir a la carnicería y a la pescadería del barrio.

El problema de hacer una compra ecológica y sostenible, no solo radica en el tiempo, sino sobre todo en el dinero. En muchos casos, un producto ecológico costará más que uno que no lo es: una mantequilla Ecológica certificada pasa por una serie de controles, y esto supone gastar más recursos, por lo que el producto, generalmente, debe ser más caro para aportar unos beneficios suficientes a la empresa para mantenerse a flote.

No soy millonario, aunque no me va mal del todo. Entiendo que mucha gente no se pueda permitir llenar el carro exclusivamente de productos ecológico, pero, poco a poco, si apoyamos esta clase de productos, la calidad de todos los alimentos, independientemente de su procedencia, mejorará. Pero, con todo, yo prefiero gastar un poco más, consumir un poco menos, y sentir que estoy ayudando a mi comunidad con mi carro de la compra.