Cómo encontrar un abogado o bufete de calidad

El número de abogados ejercientes en España supera los 132 mil, según las últimas estimaciones, lo que presenta una doble lectura: la oferta es positivamente amplia y variada, pero el proceso de búsqueda de abogado en Vigo, Bilbao, Sevilla o Madrid puede ser abrumador por este mismo motivo.

 

La investigación combinada por medios digitales y físicos es la más adecuada en términos de eficacia y ahorro de tiempo y dinero. Así, se recomienda utilizar el directorio de empresas por excelencia, las Páginas Amarillas, tanto en su versión en papel como online (www.paginasamarillas.es). Tampoco deberían despreciarse sus alternativas, como la plataforma Google My Business o el directorio Yelp.

 

Más directa es la siguiente opción: visitar el colegio de abogados de la provincia en cuestión y acceder al registro local de abogados, para así conocer sus credenciales de primera mano y evitar problemas con la publicidad engañosa y los falsos letrados. Estas instituciones cuentan, en muchos casos, con portales web que facilitan la búsqueda. Por ejemplo, el Ilustre Colegio de Abogados de Vigo (www.icavigo.org) dispone de la herramienta gratuita «búsqueda de colexiados».

 

Por otra parte, los directorios de abogados de carácter general dan acceso a una cuidada selección de abogados, con la comodidad de Internet. Por lo general, funcionan como un directorio, con teléfonos de información, filtros de búsqueda, valoraciones de usuarios, etcétera. Buenos ejemplos de estas plataformas son TopAbogados.com y Abogados1.es.

 

Buscadores como Google facilitan, además, la búsqueda precisa de abogados con las características deseadas (área de competencia, localización, etcétera). Únicamente deben ponerse en prácticas determinadas técnicas, poco conocidas por el internauta común. Una de ellas consiste en entrecomillar (“”) las frases sobre las que se desean resultados exactos. Los signos menos y más (+, -) permiten excluir términos o forzar su presencia, respectivamente. Cuando se desconoce una palabra en concreto, el asterisco (*) actúa como comodín; por ejemplo, «abogado especializado en seguridad *», de forma que el motor de búsqueda agregue la palabra «social» a la consulta.